El análisis realizado sobre los datos provenientes de la sociedad civil que OSCE toma en cuenta en sus informes arroja una cifra de 1.627 delitos. En 2015, el primer año en el que se registran las denuncias de la sociedad en Francia, la cifra asciende a 742, el año con mayor número de casos, hasta caer durante el periodo paulativamente y alcanzar en 2020 los 112 incidentes.

En 2020 la tendencia es claramente al alza: en medio año se había superado la cifra de denuncias de todo el 2019. Unos datos que pueden estar distorsionados por la incidencia de la pandemia COVID en los observatorios u organismos que recogen ataques y motivaciones. La motivación que ha registrado el mayor número de delitos es la de los ataques contra simbología cristiana, situándose la cifra en 767 (47,14%), prácticamente la mitad de la totalidad.

En una cifra muy elevada se encuentran los delitos antisemitas, alcanzando la cifra de 500 (30,73%), cerrando el trío de motivaciones más numerosas aquellos ataques motivados por la islamofobia 221 (13,58%). También son reseñables aquellos ataques de motivación racista y xenófoba 60 (3,69%) junto con los producidos por homofobia 48 (2,95%).

El resto de motivaciones se corresponde con delitos que no han presentado ninguna cifra (contra miembros de otras religiones o personas con discapacidad) o la cifra ha sido muy baja (antiromaníes 2 casos, el 0,12% o intolerancia política 17 casos, es decir, el 1,04%).

Un sistema elaborado de estadísticas. Gracias al trabajo riguroso realizado por las autoridades francesas, de la mano de la sociedad civil, hoy en día el modelo galo se presenta como el más evolucionado de los países estudiados.

Para registrar las cifras negras escondidas, Francia cuenta con la Comisión Nacional Consultiva de los Derechos Humanos, una estructura estatal integrada por 64 representantes de organizaciones de la sociedad civil que otorga, con total independencia, al Gobierno y al Parlamento un papel de asesoramiento y propuesta en el campo de los derechos humanos.

Asimilada a una Autoridad Administrativa Independiente (AAI), está formada por organizaciones como la Liga internacional contra el racismo y el antisemitismo, el Consejo francés del culto musulmán, los Servicios de protección de la comunidad judía, etc… Dentro de su trabajo se incluye el estudio de quejas recibidas por discriminaciones, especialmente fundadas sobre el origen, la nacionalidad, o la pertenencia religiosa.

Asesinato racista en Rouen (FRA-1492). El investigador guineano Mamoudou Barry, de 31 años, muere a consecuencia de una agresión perpetrada por un hombre que le profirió insultos racistas en Rouen, en julio de 2019. La víctima era padre de una niña de dos años. El presunto agresor, un hombre de 29 años con atecedentes penales, fue ingresado en un centro psiquiátrico.

Vanesa Campos era una de las trabajadoras del sexo del Bois de Boulogne, el parque más grande de París, que había destacado por hacer incluso de portavoz de sus compañeras en medios de comunicación.

Allí trabajaba esta mujer transexual peruana de 36 años hasta que en la noche del 16 al 17 de agosto de 2018 la asesinaron de un balazo en el tórax, según medios franceses.

Aunque los detalles de lo que sucedió aún no han trascendendido, los testimonios de sus compañeras apuntan a que Vanesa fue asesinada cuando se enfrentó a un grupo de delincuentes que las acosaban a ellas y a sus clientes con un componente añadido de motivación homófoba.

Asesinato de Mireille Knoll (FRA-1358). Mireille Knoll, superviviente del Holocausto de 85 años, fue apuñalada hasta la muerte y su vivienda, situada en el distrito 11 de París, fue incendiada. En 1942, Knoll había logrado escapar de la redada de Vél d’Hiv, en la que más de 13000 judíos, incluidos 4000 niños, fueron detenidos por policías franceses bajo el régimen de Vichy y trasladados al campo de exterminio de Auschtwitz. La madre de Knoll, con pasaporte brasileño, logró huir con la pequeña hasta Portugal. Después, Knoll se trasladaría a París, donde se casó con otro superviviente del Holocausto que falleció unos años antes de que ella fuera asesinada. Desde que enviudó vivía sola en su apartamento, al que el 23 de marzo de 2018 entraron dos jóvenes que más tarde serían acusados de delito de odio por el componente antisemita del crimen. Más tarde se sabría que uno de los acusados, musulmán de origen magrebí, era vecino de la víctima.

Asesinan a una médica judía (FRA-1092). Sarah Halimi, una mujer judía de 60 años, médica jubilada, es asesinada en su casa de París y su cuerpo, defenestrado. El responsable es un joven de 27 años que lanza el grito “Allahou Akbar” al cometer los hechos y que sufría problemas psiquiátricos. La justicia declaró que, debido a esos problemas, no podía ser juzgado penalmente, una decisión no exenta de protestas.

Oleada de agresiones ultraviolentas de grupos de extrema derecha contra el campo de refugiados de Calais. En febrero de 2016, un informe de la ONG Care4Calais revelaba los ataques que grupos de extrema derecha estaban perpetrando contra los migrantes del campo de refugiados de la localidad francesa de Calais. Entre los ataques registrados estaban las palizas contra migrantes, que habrían sido desnudados, maniatados y golpeados uno a uno.

Concentración de simpatizantes de la extrema derecha.

Profanan 96 tumbas en el cementerio judío de Quatzen­heim. En el pequeño pueblo de Quatzenheim, una localidad de 780 habitantes cerca de Estrasburgo, 96 de las 245 tumbas del cementerio judío fueron profanadas en la madrugada del 19 de febrero de 2019 con pintadas en alemán y esvásticas. El presidente de la República, Emmanuel Macron, visitó el cementerio y depositó una rosa blanca a los pies del Memorial de la Deportación.

Esvásticas en tumbas del cementerio de Quatzenheim